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Como Ganar la Batalla de la Mente

Actualizado: 4 sept 2019


Por Maria Santiago


“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.” Proverbios 4:23

La palabra griega para corazón es Kardia que abarca toda la actividad mental y moral, ósea; el hombre interior. Es reconocido como el lugar donde las emociones, deseos y percepciones, pensamientos, entendimiento, poder de razonamiento, intenciones, la voluntad y la imaginación residen, en otras palabras el alma. El alma está dividida en tres partes; 1) La mente, la cual tiene que ser renovada, 2) Las emociones, las cuales tiene que ser sanadas, 3) La voluntad, la cual tiene que ser rendida al Espíritu Santo.

Efesios 4:22-24 dice: “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.”

Se acerca una era de manifestación sobrenatural para la iglesia de manera que va a retar nuestra manera de pensar, ideas y poder de razonamiento (mente). Tenemos que reconocer que tenemos un enemigo, Satanás, el engañador e impostor. Todas las estrategias que Satán ha desarrollado y usa en tu contra, van dirigidas a tu mente. Tu mente es su mayor punto de ataque y es allí en tu mente que la batalla se tiene que pelear y ganar. En la medida que permitas que Satán gane acceso a tu mente y controlar tus pensamientos es el grado que el puede ganar control sobre tu voluntad.

Dios nos ha dado las armas que necesitamos para pelear la batalla de la mente y ganar. En Efesios capítulo seis, el apóstol Pablo nos dejó una enseñanza con relación a la postura del creyente en su lucha contra las asechanzas del enemigo. Nos describe una armadura de soldado, y parte de esa armadura es el yelmo de la salvación el cual protege la cabeza del soldado. En el mundo espiritual nos protege de los dardos del fuego del maligno en nuestra mente (pensamientos). Todo pensamiento que sea contrario a la palabra de Dios, no viene de El. Viene de nuestro enemigo, Satanás (Juan 8:44). Cuando habla mentira, desde si habla; porque es mentiroso, el es padre de mentira.

El campo de batalla del enemigo es nuestra mente, por lo que la palabra nos exhorta en Filipenses 4:8; “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.”

Es importante reconocer que los pensamientos de Dios nunca traerán confusión, desaliento división, desanimo, temor, sino que sus pensamientos son de paz, y no de mal, para darnos el fin que esperamos (Jeremías 29:11). Por lo tanto no nos podemos poner de acuerdo con el enemigo, Efesios 4:29 dice: “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación”.

Tomar control de nuestras emociones y declarar las promesas de Dios nos fortalecen, y afirman en la victoria ya obtenida por Jesús en la cruz del calvario. Toma tu posición de victoria y camina en ella. “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.” (Romanos 8:37)

Aprendamos a ganar la batalla

  1. Para ganar la batalla de la mente tienes que estar en guardia constantemente, velando cada inicio de su manifestación. Judas 1:3 dice: “…me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Contender- es luchar con armas, ¿cual arma? - la palabra de Dios. Cuando el enemigo te lanza un dardo, que por lo general es negativo y va en contra de lo establecido por Dios sobre tu vida, tienes 30 segundos para combatirlo e impedir que afecte tus emociones. ¿Como lo voy a detener? Inmediatamente recházalo y busca un versículo que contradiga ese pensamiento. Por ejemplo, te llega un pensamiento de inseguridad, busca un versículo que exprese la seguridad que tienes en Dios y decláralo. Renueva tus pensamientos de derrota por victoria, de desesperación por esperanza, de temor por valentía, y demás. Hoy en día todo el mundo poseen teléfonos inteligentes, usa la tecnología a tu favor. Graba con tu voz en tu celular esos versículos que necesitas para fortalecerte y escúchalos hasta que se hagan vida ti.

  2. Resiste - Resistir es oponerse a una acción, es hacer violencia. Santiago 4:7 dice: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.”

Permítanme compartirle este testimonio personal;

A pesar de que asistía a una iglesia y era activa en la congregación, tenia una lucha con el temor y la depresión. La lucha fue tan intensa que intente contra mi vida. Por orgullo no buscaba ayuda y pensaba que yo sola lo podía hacer. Primera mentira de Satanás: “tú no puedes buscar ayuda, eres líder, que van a pensar de ti, tú puedes sola, no necesitas a nadie.” Eso se llama orgullo, y precisamente por orgullo él fue desechado. La palabra establece que somos un cuerpo y poseemos dones dados por Jesús para que seamos edificados. “…de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor. (Efesios 4:16) Si es que necesitas ayuda medica, no te niegues a recibirla, una vez consigas estabilizarte, corre a los brazos de tu Creador y Formador, quien mejor que El que puede ir a la raíz de tu problema. Dure muchos años en esa lucha, sumergida en la más profunda tristeza. Me sometí a sanidad interior un proceso de liberación que duro aproximadamente un año. Durante ese año tuve que RESISTIR, a la fuerza o violencia espiritual del enemigo, cada vez que lanzaba un dardo de temor, soledad, inseguridad, depresión e inferioridad, tomaba acción inmediata. La resistencia produjo que esos dardos cesaran, tuvo que huir y recibí mi libertad. ¿Fue fácil? no, ¿obtuve la victoria? sí. Cada vez que percibía que el espíritu de temor se quería manifestar declaraba el señorío de Jesucristo sobre mi vida a través de su palabra y declaraba: “Temor tú no eres mi señor, JESUCRITO ES MI SENOR”. Nunca deje de congregarme y las veces que fuera necesario pedía oración. NO TEMAS, no estás solo, pide ayuda, levántate, fortalécete, resiste, eres más que vencedor.

Hay un mundo espiritual que afecta, que se opone a cada palabra que los hijos de Dios declaramos y decretamos. Existe una batalla espiritual especialmente la batalla de la mente. Es hay en la mente donde comienza nuestra victoria o nuestra derrota. A Jesús en el proceso de la crucifixión le colocaron una corona de espinas (Juan 19:2), allí derramo su sangre, símbolo de que nos liberó de la maldición del pecado, específicamente redimió nuestros pensamientos. El creyente tiene la habilidad de pensar como Cristo, 1 Corintios 2:16 dice: “Porque ¿Quién ha conocido la mente del Señor, para que le instruya? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.”

Vea lo que Mateo 15:18-19 nos enseña; “Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos,”. En otras palabras tenemos que cuidar cada pensamiento que recibimos y cuidar nuestras conversaciones porque ellas nos pueden contaminar. El Espíritu Santo te va a dirigir a realizar lo que muchos no entenderán, por tanto tienes que tener cuidado a quien le vas a abrir tu corazón, no todos entenderán y muy pocos te apoyaran. ¡CUIDADO!

Proverbios 4:23 dice: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.” Si guardamos, cuidamos y vigilamos nuestro corazón con las promesas de la Palabra de Dios, la cuales son viva y eficaz y si meditamos en ellas, tendremos pensamientos conforme a los principios de Dios y estos nos harán fuertes Desarrollaremos resistencia ante al ataque sin piedad del enemigo y caminaremos en obediencia, escuchando la voz del Espíritu Santo.

Recuerde que nuestra mente tiene que ser renovada, nuestras emociones sanadas y nuestra voluntad se debe rendir al Espíritu Santo, eso nos capacita para escuchar sus pensamientos y traer el cielo a la tierra.

Bendiciones.

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