En esta semana se celebra la fiesta judía; Rosh Hashanah o, también conocida como la Fiesta de la Trompetas.
En Levítico 23:23-25 TLA leemos sobre esta celebración, y dice que: “Dios le ordenó a Moisés que les diera a los israelitas las siguientes instrucciones: «El día primero del mes de Etanim será de descanso y de gran fiesta para ustedes. Ese día nadie en Israel trabajará, sino que todos se reunirán para adorarme. Y tocarán las trompetas, y sobre el altar quemarán una ofrenda en mi honor».”
Esta es una fiesta muy alegre y a la misma vez son días de reflexión solemne. Aquí vemos que también es un tiempo de descanso, de adoración, proclamación y ofrenda, lo cual es sacrificio. Es un tiempo de Dios establecido para considerar lo que estamos haciendo de manera seria y detenida.
Ese sonido de las trompetas le recuerda a Israel la fidelidad del Señor hasta hoy y en el año venidero, también les hace recordar la futura venida del Mesías. Cuando considero la fidelidad del Señor me doy cuenta que nuestra condición presente es el resultado de dos cosas; obediencia o desobediencia, y expectación o mal-interpretación, me explico…
Si todo esta marchando como esperamos es por causa de su gracia, de nuestra obediencia y fe que se traduce como expectación a lo próximo. Pero si las cosas no están marchando tan bien, posiblemente es por causa de nuestra desobediencia quizás negligencia o mal-interpretación de lo que Dios dijo.
IMPORTANTE; No le comparto esto para acusarles o condenarles, sino para que meditemos en esta cosas, porque yo también estoy contigo en esto.
Lo que nos debe dar paz es; que sabemos que a los que amamos a Dios, todas las cosas nos ayudan a bien… A mi me da paz saber, que nuestro arrepentimiento nos permite disfrutar de esta promesa.
Este tiempo de reflexión nos debe llevar a una separación, lo cual también se conoce como santidad. No se como usted percibe la santidad pero, debido a mi experiencia con el espíritu de la religión, la santidad para mi tenia una connotación algo negativa, como que esa palabra siempre venia acompañada de un regaño. Sin embargo al experimentar al amor de Dios a través de su gracia, la santidad paso a ser una expresión de amor en mi corazón. Sanidad es básicamente una relación saludable con Dios, donde el ocupa el primer lugar en nuestro corazón. Es algo así como una relación de pareja, donde hay amor y respeto mutuo.
Todo esto me lleva a pensar en El Nuevo Mandamiento. En Juan 13:34-35 RVR60 dice;
“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.”
El antiguo decía; “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”, sin embargo; ahora el amor entre nosotros como seguidores de Jesús no esta condicionado por como nosotros nos amamos, sino por como el nos ama. Esto cambia todo, esto eleva el amor, la gracia y el perdón que tengo que tener especialmente con mi hermano en la fe. Porque; “en esto conocerán todos que somos su discípulos”.
Meditemos en esto y examinemos nuestro corazón, eso es hecharle un vistazo a nuestra perspectiva, sin una perspectiva clara no hay una visión clara. Cada vez que Dios va a hace algo nuevo tenemos que prepararnos para celebrar pero sobretodo reflexionar.
“Finalmente, dejen que el gran poder de Cristo les dé las fuerzas necesarias.”
Efesios 6:10 TLA
En este video encontrarás este mensaje completo.
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