
Hace unos años atrás me compartieron estos datos acerca de una de las costumbres en la cultura judía, y quiero compartir con ustedes. El pueblo de Israel era un pueblo agrícola y vivía de la tierra. Para prepararse para las primicias se acostumbraba reunirse para el tiempo donde los arboles estaban por dar su fruto y se observaba el terreno, hasta ver brotar el primer fruto. Luego el dueño del terreno llegaba hasta el árbol y lo marcaba amarando un lazo con una tela roja, y de ese árbol separado se tomaban ese primer fruto y era llevado al sacerdote quien lo tomaba en su mano y lo ofrecía a Dios. A través de este acto profético ellos depositaban su confianza y expresaba agradecimiento a Dios por una gran cosecha que había de venir.
Primicias significa: "la promesa que viene”, en otras palabras es una inversión en nuestro futuro. Proverbios 3:9-10 RVR60 dice: “Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos; 10 Y serán llenos tus graneros con abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto.” La version TLA lo dice de esta manera; “Demuéstrale a Dios que para ti él es lo más importante. Dale de lo que tienes y de todo lo que ganes; 10 así nunca te faltará ni comida ni bebida.”
Vea la gloria que encierra esto… La gloria de los arboles es dar su fruto y esas familias se reunían a esperar la manifestación de esa gloria con el fin de presentar esa gloria a Dios. Ahora, la gloria de los hombres se manifiesta en el cumplimiento de su asignación divina.
Por eso es importante identificar si la oposición que estamos sintiendo viene de parte de Satanás por causa de la gloria de Dios en nosotros, o si es que estás siendo podado. La poda ocurre para remover lo que impide la abundancia de fruto. Sin embargo la oposición llega para esterilizarnos y dejarnos sin frutos.
El enemigo procura impedir el desarrollo de nuestra asignación con el fin de evitar que a Dios se le de la gloria, por eso tenemos tanta oposición a la hora de ejecutar esa asignación. El Salmo 8 dice que fuimos coronados de gloria y de honra, esa honra es plena autoridad sobre todo lo creado. Pero entienda que la corona por si sola no manifiesta gloria, si no la autoridad que ejercemos cuando reconocemos el valor de esa corona sobre nosotros. Cada vez que tu y yo hacemos pronunciación de esos pensamientos tales como: “yo no puedo”, eso viene en contra de esa corona de gloria, y cada vez que decimos “yo no puedo”, le estamos diciendo a Satanás; Amen.
Para concluir quiero invitarte a identifica, marcar y a expectar. Una hija espiritual, define expectación como; “la fe activa”. Me fascina la idea de reunirse a esperar a ver cual de los arboles daba los primeros frutos. Imagina la expectación de cada una de esas familias. Grandes y chicos esperaban de manera curiosa y hasta desesperante el brote de los frutos de su tierra. Quiero invitarte a pararte en las alturas, y desde allí esperar con gran expectación una señal de frutos, a que junto a los tuyos, vayas y pises la tierra, y la marques con la misma fe y expectación que tenían lo hijos de Israel.
Ellos usaron un paño rojo, tu y yo tenemos la sangre del cordero…